Retos y Oportunidades de la Industria 4.0

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Retos y Oportunidades de la Industria 4.0

Retos y Oportunidades de la Industria 4.0

Luka Eciolaza

Profesor Investigador de la Escuela Politécnica Superior


2019·12·08

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Artículo de opinión publicado en el correo


Debemos aprovechar la oportunidad que representa la Industria 4.0 para crecer como sociedad

Desde la aparición del concepto de Industria 4.0, conceptos como la digitalización, las fábricas inteligentes, la producción flexible, la producción personalizada, han sido recurrentes.

Parecía que la Industria 4.0 solo correspondía a las grandes empresas. Los casos que se presentaban como ejemplo, hablaban de Terabytes de datos, flotas de miles de máquinas deslocalizadas en el mundo. Para la mayoría de las empresas ejemplos muy lejanos.

Pero las medianas y pequeñas empresas también tienen un papel en la Industria 4.0. Muchos procesos de producción ya están monitorizados, y el añadido de analizar históricos de datos, visualizando tendencias ayudaría a conocer el estado de degradación de elementos de línea, y controlar mejor la calidad de la producción, manteniendo una trazabilidad unitaria de cada producto.

Pero no estamos solo ante una oportunidad de mejora, también es una necesidad. Sirvan de ejemplo las empresas de máquina-herramienta de nuestro entorno, referentes mundiales fabricando sus máquinas. Tienen décadas de experiencia, se han desarrollado hasta el punto de monitorizar calidad de producto, desgaste de componentes, y pueden realizar mantenimiento “predictivo” a nivel de máquina. Sin embargo, sus clientes han empezado a requerirles soluciones llave en mano de líneas con múltiples máquinas, la mayoría de terceros. A la hora de integrar, automatizar y monitorizar el proceso, manteniendo una trazabilidad unitaria, se encuentran en un campo de juego diferente al que están habituadas, y necesitan ayuda y gente preparada para poder hacerle frente.

Incluso las empresas más pequeñas, con procesos de fabricación muy manuales, casi artesanales; tienen necesidad de repetitividad, robustez, calidad y trazabilidad en su producción, y requieren soluciones de monitorización, automatización y robotización.

Pero, ¿ha supuesto la Industria 4.0 una revolución o simplemente una evolución? Los sistemas inteligentes han sido un objetivo desde hace décadas. Sin embargo, ha sido la revolución tecnológica de los últimos años, en comunicaciones, inteligencia artificial, fabricación aditiva, etc. la que ha posibilitado cambios radicales en la industria. Cambios que nos han hecho ver las cosas y afrontar los problemas de una manera diferente. Hoy asumimos como cotidiano lo inimaginable hace unos años. En breve, podríamos estar trabajando desde nuestra casa para los líderes tecnológicos mundiales como Google y Apple. La revolución tecnológica ha cambiado nuestra forma de generar, consumir y compartir información. Aplicada en la industria, ha habilitado cambios radicales en modelos de negocio, donde por ejemplo las empresas pasan de vender productos a vender horas de servicio del mismo.

La Industria 4.0 representa una oportunidad para seguir creciendo como sociedad. Pero evolucionar y tener la capacidad de reinventarnos también será una obligación, para no quedarnos atrás y poder retener el talento, porque muy probablemente las personas tendrán que cambiar varias veces de actividad durante su vida laboral.

Necesitamos personas conectadas a lo local, pero con visión internacional. Personas que tengan asumidos los valores de la solidaridad, cooperación y justicia social. Personas que busquen experiencias diferentes, con ansias de transformación, con personalidad, inquietas, rebeldes, emprendedoras, innovadoras que quieran diseñar y protagonizar su futuro, trazar su propia ruta, marcarse objetivos y enfrentarse a desafíos.

Y si nos referimos a necesidades concretas en el sector industrial, hay una demanda muy importante de perfiles altamente cualificados desde las empresas. Una necesidad que no está cubierta, tanto en robótica y automatización, como en inteligencia artificial, internet de las cosas y analítica avanzada de datos.

El perfil de persona descrito, se asemeja a personajes de ficción. Pero podemos avanzar en el camino de tener personas altamente motivadas y con vocación de transformación social con el trabajo conjunto de universidades, empresas y sociedad. Trabajando entre otros, temas como la autonomía, el reconocimiento y la conciliación.

Las universidades deben ser capaces de motivar a su alumnado, dotándolo de herramientas para que puedan afrontar nuevos retos con seguridad. No deberían limitarse a dar clases magistrales, si no trabajar con metodologías activas, con un profesorado que investiga en las temáticas que imparte y conoce los últimos avances en su campo. Universidades que se preocupan de verificar que las metodologías aplicadas cumplen con su labor de motivar y preparar. Comprometidas con el futuro de las personas, que saben identificar las tendencias y adelantarse a los retos del futuro a través de un modelo ágil.

Las empresas también deben involucrarse en la formación de estos perfiles, haciéndoles ver el impacto social que pueden llegar a tener. Fomentando a su vez, un desarrollo libre que aparte de un avance tecnológico aplicado, pueda explorar ideas rompedoras que permitan la creación de nueva tecnología.

Y finalmente, la sociedad en su conjunto, debería reconocer y apoyar las iniciativas de creación e innovación. Desde los presupuestos, que deberían facilitar el acceso universal a la formación de alto nivel, hasta los medios de comunicación, dando más protagonismo a la ciencia, la cultura, la creación y el compromiso social.