Redes sociales y jóvenes: ¿riesgo u oportunidad?

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Redes sociales y jóvenes: ¿riesgo u oportunidad?

Redes sociales y jóvenes: ¿riesgo u oportunidad?

Eneko Bidegain

Docente e Investigador en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación


13·10·2021

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Artículo de opinión publicado en El Correo


Está bastante extendido que la suma de las palabras "redes sociales" y "jóvenes" es un cóctel peligroso. Es decir, que las redes sociales son un lugar de riesgo para los jóvenes o, que de facto, los jóvenes hacen un uso incorrecto de esas redes. En 2019, en el centro de investigación KoLaborategia de Mondragon Unibertsitatea comenzamos a investigar la relación entre los jóvenes y las redes sociales; y los mencionados prejuicios resonaban en nuestros oídos. Por eso, quisimos escuchar de boca de los propios jóvenes cómo vivían las redes sociales. Realizamos la investigación en Gipuzkoa y Lapurdi, y en ella participaron cerca de 1.200 jóvenes de entre 15 y 16 años.

Entre otras, hicimos a los y las estudiantes las siguientes preguntas: ¿alguna vez te has sentido incómodo en las redes sociales? ¿Alguna vez has sentido orgullo o satisfacción usándolas? En ambos casos debían explicar el porqué. Un tercio de estos jóvenes reconoció que alguna vez se había sentido incómodo. Y seis de cada diez, respondieron que alguna vez se habían sentido orgullosos. Evidenciamos que los jóvenes ven más beneficios que riesgos a las redes sociales.

La razón que más se repetía para haberse sentido incómodo venía el hecho de que una persona desconocida hubiese entablado contacto con ellos o enviado una petición de amistad. Otra razón, que algunos participantes mencionaron, era la sensación de sentirse acosados. Con frecuencia, además, los emisores de esos mensajes de acoso eran esas mismas personas desconocidas o anónimas mencionadas anteriormente. Una tercera razón de incomodidad estaba relacionada con los insultos y los comentarios en mal tono. ¿Y qué hacen los y las jóvenes ante actitudes que les incomodan, ante esos mensajes anónimos desagradables? Nos respondieron que sistemáticamente bloquean a ese tipo de personas. Así, los jóvenes de 15 a 16 años han creado sus propios mecanismos de defensa ante esos comportamientos. Añadieron, además  que cuando publican fotos en las redes sociales, la mayoría de las veces, crean sus propios filtros de seguridad: aunque tengan muchos seguidores, no comparten todas las fotos con todos esos seguidores, las ponen solo a la vista de las amistades más cercanas.

En cuanto a los beneficios, lo que más ha aflorado en la investigación es la capacidad que las redes ofrecen para relacionarse y comunicarse entre amigos, pero también la posibilidad de crear nuevas amistades. Además, los jóvenes vascos subrayan la gran cantidad de contenidos a los que tienen acceso y la posibilidad que les ofrecen de diversión. Escuchan música o ven vídeos en el móvil (tres cuartas partes de los jóvenes usan además los videotutoriales). Otra constatación: el teléfono está presente constantemente, desde que se levantan hasta que se acuestan, desayunando o comiendo, esperando a un amigo o viajando en el autobús.

A medida que escuchábamos más y más opiniones crecía en nosotros la siguiente pregunta: ¿Es tan diferente la relación de los jóvenes con las redes sociales con respecto al resto de las generaciones? Es decir, ¿únicamente los jóvenes consultan el teléfono nada más despertarse? ¿Serán los jóvenes los únicos que miran el teléfono cuando esperan al autobús? ¿Pasamos los adultos momentos desagradables cuando discutimos con un troll en Twitter o en Facebook o eso solo les ocurre a los jóvenes?

Obviamente, los adultos no consumimos los mismos contenidos, ni utilizamos las mismas redes, ni difundimos las mismas imágenes. De hecho, para los adolescentes entrevistados, Twitter y Facebook son "cosas de viejos", y TikTok "de niños". Hace una década, Facebook era una aplicación imprescindible para un adolescente; la de ahora es la generación Instagram, pero pronto llegarán las generación TikTok, Twitch... ¿Y no será acaso ese punto el que genere las mayores inquietudes y miedos de los padres?: ¿Qué estarán haciendo sus hijos, utilizando aplicaciones que desconocen?

Hemos ido presentando los resultados de la investigación ante alumnos participantes, profesores y padres. En una de esas presentaciones, un progenitor confesaba que solía tener dudas sobre si era lícito o no mirar el teléfono de su hijo, y reconocía en público que a menudo sentía la tentación de hacerlo. Ese tema estaba fuera del alcance de nuestra investigación pero le respondimos con otra pregunta: ¿te hubiera gustado que tus padres entrasen en tu cuarto y leyeran los cuadernos que tenías guardados en la mesilla? Lo esencial no es si en ese cuaderno había poemas, dibujos o sueños inconfesables… es una cuestión de respeto a la intimidad.

Hace unos años, los principales miedos de los padres y madres estaban relacionados con que los hijos cayeran en el tabaco, el alcohol o las drogas. Pero ¿se drogaba la mayoría de los jóvenes que permanecían en espacios propios? ¿Era malo todo lo que hacían a espaldas de sus progenitores?¿Era peligroso todo lo que hacían y no compartían? Los adolescentes construyen su espacios de intimidad a medida que van independizándose de sus progenitores; y la mayoría de los padres y madres se preocupan (y se preocupaban) por lo que ocurre fuera del alcance de ellos. Con las redes sociales ocurre lo mismo: los jóvenes necesitan espacios de intimidad (¡y de hecho los han creado!). Al igual que los jóvenes cambian con la edad, cambia su mirada hacia las redes y la aportación que a ellas hacen. Estamos en la era de lo digital y el mundo digital tiene sus propios riesgos, como los tienen los entornos analógicos. Así y todo, los beneficios son mayores que las desventajas. Hoy en día quitarle el teléfono móvil a un joven es sacarle de su mundo, como cuando en la era analógica, estabas encerrado en casa mientras tus amigos se divertían en el parque.