Desde hace al menos dos décadas se viene hablando de la universidad emprendedora (Etzkowitz et al., 2000, Tuunainen, 2005). La universidad emprendedora se caracteriza por tender hacia modelos gerenciales de gestión y focalizar sus objetivos académicos en la transferencia de conocimientos hacia el sector empresarial (Spila et al., 2011). Se trata de una universidad que incorpora una tercera misión a la universidad como es la de vincularse activamente con el sector empresarial para valorizar social y económicamente el conocimiento generado por la investigación universitaria (Etzkowitz, 2003a).

Esta vocación de la Universidad por la transferencia del conocimiento, del saber hacer y de la experiencia de la Universidad hacia la sociedad (Tercera Misión de la Universidad), se convierte en un elemento clave para conseguir satisfacer las necesidades de la sociedad actual, lo que conlleva el promover nuevas iniciativas y conocimientos fuera del ámbito universitario. Así, es necesaria una estrecha colaboración entre los distintos agentes del sistema (empresas, instituciones, Universidad, sociedad, etc.), en un entorno de aprendizaje permanente donde se estimule y capacite a las personas para que adquieran todos los conocimientos, las habilidades, los valores y la actitud necesarios, al objeto de lograr que las apliquen con confianza, creatividad, y espíritu crítico.

La universidad emprendedora se caracteriza por tender hacia modelos de gestión gerenciales y focalizar sus objetivos académicos en la transferencia de conocimientos hacia el sector empresarial (Spila et al., 2011).